Los quesos madurados son productos lácteos sometidos a un proceso de envejecimiento controlado, que varía desde semanas hasta años, desarrollando sabores intensos, texturas distintivas y aromas únicos. Durante la maduración, bacterias y enzimas descomponen nutrientes, generando compuestos que contribuyen al sabor. Tipos de maduración incluyen corta, media, larga, con moho, lavada, en cámaras de humedad y al aire libre.
Disfrutar de quesos madurados se puede hacer mediante salsas, risottos, tartas, gratinados, sandwiches, fondue, rellenos, aperitivos, ensaladas y rellenos de pasta. Ejemplos de quesos madurados incluyen el parmesano italiano, cheddar añejo inglés, roquefort francés, gruyere suizo, manchego español, gorgonzola italiano y emmental suizo. Estos quesos añaden profundidad de sabor a diversas preparaciones culinarias.
Fuente: edairynews.com