Los agroquímicos que durante años se aplicaron en el campo de la región lagunera siguen teniendo incidencia en la contaminación del suelo y del agua, pese a que algunos de estos productos fueron prohibidos desde 1985, sus moléculas se mantienen y se consumen por parte de la población. El investigador Germán Giácoman Vallejos, explicó que se revisó la información histórica de los plaguicidas en la región y había pocos datos, por lo que se tomaron muestras en el agua y se identificaron organoclorados, que son los persistentes, y organofosforados. En las muestras, se detectó un 82% de pozos de extracción para riego y un 18% que se usan para consumo humano con presencia de DDT, DDE y el metabolito del glifosato.
Fuente: El Siglo de Torreón
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