Una característica de este sexenio es que se fortaleció nuestra política exterior. Bajo el principio de la soberanía de los pueblos y la no intervención, México volteó a ver nuevamente a América Latina y el Caribe y recuperó su papel protagónico en la región. Crecieron los lazos comerciales y de amistad con las naciones latinoamericanas e, incluso, programas estratégicos del Gobierno de México, corno Sembrando Vida, comenzaron a replicarse en Centroamérica.
Fuente: ContraRéplica
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